Querido Lunes,
Ya sabes que mi amor hacia a ti es totalmente incondicional, estés
deprimido o contento, hambriento o desganado o, tal vez, excesivamente eufórico,
ya que contigo empiezo cada uno de los “ahora sí” que han cambiado mi vida y
los “vamos a por otra semana” que tanto echaba de menos.
Es cierto que no hablo mucho contigo, aunque te tenga constantemente en mis
pensamientos, por ello mismo sabrás que esta vez la razón no es totalmente
transparente sino que va acompañada de un motivo mayor. Y es que ha llegado a
mis oídos que, en esta semana, Jueves me va a traer un año más. Supongo que
será una costumbre ya que, al igual que el año pasado, Martes me regaló
exactamente lo mismo. Yo nunca he valorado este tipo de regalos ya que daba por
hecho que cada año lo recibiría, y aún no estando eso del todo claro, en ningún
momento reparé en ello.
Mi error, y supongo que más gente te dirá lo mismo, o al menos mi optimismo
me lleva a esperarlo, ha sido suponer que todo va a seguir igual, sin cambios,
ya que me he creído merecedora de todo, repito, TODO lo que he tenido, (puedes
ver con más claridad todo esto en las relaciones de pareja: cuando “ lo/a tenemos/as”
nos acomodamos y dejamos de lado esos esfuerzos que hacíamos para sorprender a
la otra persona). Pero tras un punto de inflexión, después de parar un momento
para que mi mente divague, he caído en la cuenta de que acostumbrarse a lo
bueno significa no valorarlo, y que lo que no se valora al final acaba
desapareciendo, o al menos así creo que debería ser. Un Miércoles que comete múltiples errores es un Miércoles con la lección
aprendida, (una regla en la que se exceptúa a Homer Simpson).
Lunes, mi intención es dejarte bien claro que te agradezco todos los
momentos que he pasado y espero continuar pasando contigo. Aunque hayas creído
en algunos momentos que no seguir las reglas estipuladas por la sociedad o por
tu familia era errar, y que tu disciplina me haya matado en algunos momentos, no
podré olvidar que no me abandonaras en aquella época en la que solamente quería
fugarme con Domingo. Ya ves, nuestra relación no ha sido fácil, pero aquí
seguimos, y ahora un nuevo año me ofrece Jueves, el cuál voy a agradecerle y, sobre
todo, a disfrutarlo.
Un saludo más que cordial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario ha sido enviado con éxito. En breve será revisado y publicado. Gracias.