¡Otro lunes más! Antes de comenzar tengo la necesidad de contar porqué no
subí nada la semana anterior. Y los motivos fueron:
- El domingo me mudé a mi nuevo piso de alquiler.
- En mi nuevo piso no había línea de ADSL.
- Antes no podría haberlo subido porque estaba empaquetando toda mi habitación para traérmela aquí.
Ahora que he satisfecho mi necesidad voy a hablaros sobre un tema que, en
principio, no tiene mucho que ver con el amor o con las relaciones, éste es el
feminismo. Dejo de enrollarme, let’s go!
No voy a empezar sin antes definir este concepto, y como no, voy a recurrir
a mi querida RAE para que no haya malentendidos.
El feminismo es la ideología que defiende
que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres. (Me parece sospechoso que lo opuesto a machismo, hembrismo, no esté recogido por la Real Academia Española)
Este término siempre causa confusión al ser “mujer” e “–ismo”. Sin embargo es
lógico que no sea un nombre que transmita igualdad entre hombres y mujeres ya que los/as feministas no es lo que buscan, aunque ese sea el objetivo final, sino que lo que pretenden es que las mujeres alcancen los mismos derechos
que actualmente tienen los hombres.
Y, a partir de ahora, todo lo que escriba está basado en mi opinión, sin
intentar, en ningún momento, imponer mi verdad como absoluta.
Lo más tonto que he podido escuchar/leer es “hay que cambiar la lengua española
por ser machista”, porque al igual que cuando decimos “chicos” nos podemos
referir tanto a hombres como a mujeres, cuando decimos “personas” (f. pl.)
incluye tanto el género masculino como el femenino. Realmente no creo que el
problema se erradique con esto ya que, por ejemplo, el inglés no es un idioma
con los “problemas” del castellano y aún así el machismo sigue siendo
internacional.
Por el contrario, que el resto de tonterías que he podido escuchar han sido de
este tipo:
- "Le gustas a tu profesor porque mantenéis el contacto fuera de las horas de clase." El profesor mantiene contacto con otros chicos pero no quiere nada con ellos, solo contigo por tener un aparato reproductivo femenino.
- "Las mujeres que están a partir de las tres de la madrugada de fiesta son unas guarras." Los hombres pueden decidir a qué hora vuelven a su casa sin ser criticados.
- "Si llevas un escote y/o una minifalda vas provocando." No lo haces porque te guste, te sienta bien y te dé la gana.
- Te ha pegado tu pareja… "¿qué has hecho para que te pegue?" Porque siempre se puede justificar.
- "Es normal que te miren como babosos si vas enseñando carne, porque los hombres son pasionales y no se pueden controlar." Para estar más segura, ¡tápate tú!
- "Las señoritas no hacen esas cosas (de hombres)."
- "¿Piensas quedarte embarazada? Porque si es así no me interesa contratarte."
- "Si quieres integrarte con tus compañeros de trabajo mejor vístete de color oscuro e intenta aparentar ser un hombre (la típica imagen), sino no te tomarán en serio."
Bueno, muchas de estas frases os sonarán, y ya sabréis que la lista no
acaba aquí pero para qué seguir, ya sabemos que vivimos en un mundo machista. Hay que intentar cambiarlo pero el feminismo no me convence. ¿Cómo
van a aceptar que podamos tener los mismos derechos que los hombres sin también
tener los mismos deberes? Este es nuestro problema, querer igualdad para lo que
nos conviene, y yo también me meto en el ajo.
A mí me interesa un padre machista para que el trabajo que hay que hacer en
el campo sea obligación de mi hermano y no mía, pero exijo que a la hora de
hacer las tareas del hogar haya igualdad. Es totalmente injusto para
ambos, aunque no lo creamos, porque él tiene el doble de deberes y a mí se me
considera débil e incapaz de realizar las tareas “““de hombre”””.
Con toda esta entrada quiero deciros que sí, que hay machismo, pero que
querer adquirir solamente los derechos no nos va a llevar a la igualdad de género.
Por cierto, la semana anterior no os avisé de que no habría un nuevo post
porque... se me olvidó, aunque prometo que en futuras ocasiones lo haré por mis redes sociales. Así que seguidme por Twitter y echadle un vistazo a mi
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¡Ánimo gentucilla!